viernes, 29 de diciembre de 2017

Diario temas 7 y 8



Uno de mis métodos favoritos para trabajar con niños en lengua extranjera es el de respuesta física total. Como ya sabéis, para aplicar esta metodología, el profesor se convierte en una especie de mimo que a través de gestos y la expresión corporal enseña a los alumnos vocabulario y construcciones sencillas y complejas. Es ideal sobretodo para las primeras etapas educativas pero también funciona muy bien en niños de primaria ya que les divierte y es una actividad que les permite estar activos y totalmente focalizados.

Quizás el juego que todos conocemos y que mejor representa este método es el “Simon dice”. Todos hemos jugado de pequeños y nos parecía más un premio que trabajo de aula pero…
¿Os habéis preguntado alguna vez cuál es su origen? ¿Quién es Simon y por qué le nombramos? Después de varios años utilizando este juego para enseñar a niños unidades de vocabulario como por ejemplo “el cuerpo humano” con resultados muy buenos, decidí indagar y tratar de averiguar de dónde procede. Es importante dejar claro que son solo hipótesis pero es posible que sean ciertas.

En el blog Daily Muse de una profesora y escritora clarividente llamada Debra, se afirma que el juego tiene siglos de antigüedad y originalmente se llamaba “Cicero dicit fac hoc” ( Cicero dice que hagas esto, en latín). Hablamos de la época de la antigua Roma, cuando Marco Tulio Cicerón era una de las figuras más importantes de la época a nivel político y filosófico y quién tras rechazar su unión y apoyo al dictador Julio César sufrió graves consecuencias.  Se le atribuye a él la frase por ser un hombre de gran oratoria, valiente y muy respetado  (al menos hasta que fue asesinado) de modo que cuando él decía algo, todos escuchaban con enorme atención y le seguían. Llegados a este punto, todavía no se ha resuelto de dónde viene Simon aunque ya sabemos que la etimología  del juego proviene de Cicerón. Según Julie Glover, escritora novelista, debemos referirnos a Simon De Montfort para encontrar la solución. Simon fue un noble del siglo XIII que era tan duro y autoritario con la gente que tenía a su alrededor que hasta impresionó al Rey Henry III, el cual admiraba y respetaba. De modo que si Simón decía algo, todos escuchaban y obedecían por temor a sufrir su ira despiadada. La historia cuenta que mutiló a todo un pueblo de pies y manos como advertencia.
Otra opción válida aunque menos atractiva es que simplemente el nombre sea así por una cuestión de aliteración; Simon says.
Por suerte nuestros alumnos no deben temernos ya que a día de hoy la frase “Simon dice”no contiene ninguna amenaza ni peligro para nadie.

Referencias:

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